Procuraremos no colocar las figuras mirando todas hacia el mismo sitio.
Resulta bastante cómodo elegir, previamente a iniciar la construcción del nacimiento, aquellas figuras que deseamos incluir. Construir el nacimiento partiendo de las figuras, nos ayudará a conseguir las debidas proporciones.
Situaremos siempre las figuras de mayor talla delante y las más pequeñas detrás, procurando que guarden una perfecta proporción entre sí y con las edificaciones, animales, vegetación y otros elementos que les circunden.
Evitaremos colocar figuras por pequeñas que estas sean, en los planos de horizontes. Su presencia y fácil visión arruinarían el efecto de forzada lejanía que estamos pretendiendo conseguir.
Disimularemos siempre las peanas de las figuras, enterrándolas ligeramente, de forma que sus pies aparezcan libres, aparentando descansar sobre el suelo llano.
Es aconsejable situar cabras y ovejas en grupos numerosos, bastante próximas unas a otras, dando sensación de un rebaño bajo el atento cuidado de uno o más pastores.
Completaremos nuestro nacimiento, incluyendo como complemento de las figuras, aquellos utensilios y detalles de ambientación lógicos de la escena, distribuyendo utensilios caseros como cántaros, platos, sacos, cuerdas, taburetes, etc., haciendo que el ambiente cobre un mayor realismo e intimidad.